Epítome de la Historia de Tito Livio by Floro

Epítome de la Historia de Tito Livio by Floro

autor:Floro [Floro]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 0053-01-01T00:00:00+00:00


18

Guerra con Sexto Pompeyo

Eliminados los asesinos de César, IV 8 quedaba la casa de Pompeyo. Uno de los dos jóvenes había muerto en Hispania[217], otro había escapado merced a la huida y, tras reunir los restos de la infeliz contienda, después de haber armado incluso a los esclavos de las prisiones, dominaba Sicilia y Cerdeña. Incluso se había enseñoreado ya del centro del mar con su escuadra. ¡Qué distinto de su padre! Aquél había acabado con 2 la piratería cilicia[218], éste se defendía con piratas. Saqueó Puteolo, Formia, Volturno, toda Campania, Poncia y Enaria, y la desembocadura misma del río Tíber. Inmediatamente después, al enfrentarse con la escuadra de César, la incendió y hundió. No sólo él, sino Menas y Menécrates, infames siervos a los que había colocado al frente de la escuadra, revoloteaban por toda la costa para depredarla. Por tantos 3 éxitos sacrificó en Péloro cien bueyes recubiertos de oro y envió al mar un caballo vivo cargado de oro —esto lo consideraban una ofrenda a Neptuno—, con el fin de que quien regía el mar le permitiera reinar en su mar. Por último, se llegó a tal peligro[219] que, pese a todo, se firmó la paz con el enemigo —si, realmente, enemigo era el hijo de Pompeyo—. ¡Qué grande, mas breve, fue la alegría! Cuando en el 4 acantilado del litoral de Bayas se tomó el acuerdo sobre su regreso y la devolución de los bienes y, a invitación suya, se celebró un banquete en la nave, él, increpando a su suerte, exclamó: «Éstas son mis carinas»; no sin ironía, puesto que mientras su padre había vivido en la parte más famosa de la ciudad, las «Carinas[220]», su propia morada y sus Penates 5 pendían de una nave. Pero, por la inadecuada conducta de Antonio, puesto que había devorado el botín de los bienes de los pompeyanos de los que había sido postor, no pudo tomar posesión de ellos: empezó a rechazar la firma del pacto. En consecuencia, volvió de nuevo a las armas y [en] todos los lugares del Imperio[221] se preparó contra el joven 6 una escuadra cuya propia construcción fue grandiosa; pues, tras haberse interrumpido un tramo de la vía Herculana y excavarse unas playas, el lago Lucrino[222] se convirtió en puerto, añadiéndosele el Averno, después de seccionar el terreno que los separaba, para que en la tranquilidad de aquellas aguas los ejercicios de la flota pudieran realizarse como 7 en una batalla naval. El joven, atacado con tal apresto militar en el estrecho de Sicilia, fue derrotado[223] y se habría llevado a los Infiernos la reputación de gran general de no haber intentado nada después; pero es indicio de un alma grande esperar siempre. Con todo perdido, huyó, largando 8 velas hacia Asia, para caer allí en manos de los enemigos y, lo que es más lamentable para hombres valientes, morir encadenado a manos del verdugo, al arbitrio de los adversarios. No ha habido tras Jerjes huida más penosa: dueño, poco 9 ha,



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.